jueves, 14 de agosto de 2008

Isabel Carlota de Babiera (1652-1722), una de mis mejores amigas

Sobre esta primera reflexión, creo que comenzar con el absurdo del título es la mejor manera de introducirnos al problema de cierto tipo de fuentes históricas: a saber los documentos como diarios, correspondencia, etc..., que sean de carácter personal. Este tipo de fuentes históricas son de las más interesantes para investigar, por un lado por su rareza, ya que no existen muchos testimonios de este tipo , y por otro lado por la enorme ventaja de ser documentos que nos hablan mas de las propias personas que los escribieron que de los sucesos que relatan, información que generalmente se pierde ya que muchos de lo que relata la historia con mayúscula es sobre las grandes hombres, situaciones y proezas, no sobre la vida diaria y las emociones personales.
Muchas veces el valor de este tipo de información es mayor cuándo quien los escribió fue una persona importancia, ya sea por conocer a personajes de la historia con mayúscula o vivir en momentos muy importantes para la historia. Sea cual sea el origen de estos testimonios, con ellos podemos obtener información de la vida y costumbres cotidianas, los excesos y placeres de todo tipo de personajes, los sentimientos y la forma de concebir el mundo, cosas que muy raramente se encuentran en otros lugares; por ejemplo, uno no esperaría saber si “Juan Pérez”, que vivió hace tiempo, estuvo enamorado de una mujer mucho mayor y tuvo problemas con su madre por quererse casar, al encontrar un documento sobre su matriculación como abogado, su acta de nacimiento o la declaración de sus bienes patrimoniales luego de su deceso.

Ya abordando la lectura específica, deseo preséntales a Isabel Carlota, mejor conocida como “la princesa palatina”, una mujer que vivió durante gran parte del reinado de Luis XIV; segunda esposa de Felipe de Orleans (hermano de Luis XIV) y madre del regente de Francia durante la minoridad de Luis XV; al leer sus memorias (publicadas en 1833) podemos conocer a una mujer sumamente interesante, culta, enterada de muchas situaciones de la corte, desde los chismes sobre las amantes del rey Luis hasta los problemas con los tratados de guerra o de la sucesión a la corona española; una mujer con una experiencia notable sobre la vida, la cual escribió muchas de sus memorias en retrospectiva, es decir recordando lo que había pasado, no tanto escribiendo sobre los sucesos inmediatos, teniendo así muchos elementos para ponderar y dar juicios, cosa que no pasaría si se relataran cuando la persona o la situación en cuestión están en proceso, remontándose, por ejemplo, a su propia juventud para describir a Luis XIV, luego de que este murió en 1715.

La lectura de este tipo de textos es algo problemática, entre otras cosas por que muchas veces no podemos contrastar la información que nos revelan con otras fuentes, además de que la visión personal siempre puede ser tendenciosa y estar guiada por prejuicios (no nos olvidemos que estamos tratando con testimonios de humanos, algunos de los cuales ni siquiera fueron escritos con el afán de que otros los leyeran, poniendo en ocasiones información al nivel de “boberias” o cometarios sin fundamento, que así quedaron para la posteridad; por ejemplo mi “amiga” asevera que:

“Luis XIV y toda su familia a excepción de mi hijo, odiaban la lectura. No se les había enseñado nada, ni al rey ni a Monsieur (su marido); apenas sabían leer ni escribir…no es asombroso que el rey y Monsieur hayan sido criados en la ignorancia. E cardenal (Mazarino) quería reinar. Si hubiese hecho instruir a los dos príncipes, no le hubieran estimado ni empleado..”[1]

Ante lo dicho, ¿ qué tan cierto podría ser lo que ella escribió?, yo por ejemplo tal vez no dudaría de Mazarino y su necesidad de controlar al niño pequeño que era Luis XIV en pro de su propia posición como regente; pero con un frases como “a excepción de mi hijo” me gustaría almenos pensar que talvez fue exagerada la postura de Carlota, sin embargo una revisión de sus cometarios hacia personajes de su vida me hace ver que si son algo realistas, por ejemplo sobre sus hijo, dice:

“tiene grandes cualidades…sabe muchas lenguas, le gusta la lectura, ha estudiado mucho, es sabio y conoce toda clase de artes por difíciles que sean. Es músico y no compone mal; pinta lindamente y conoce toda la química… comprende fácilmente las cosas más difíciles”

Y agrega:

“Yo amo a ami hijo de todo corazón, pero no podría concebir como se puede una mujer enamorar de él, pues no tiene modales…es incapaz de sentir pasión y amar largo tiempo… no es discreto… su defecto es ser demasiado bueno…creer a personas que tienen menos talento que él…su otro defecto.. (es).. tener flaquezas demasiado grandes por las mujeres.. confieza que se acuesta a menudo con ellas sin amarlas”[2][3]

La lectura de esto nos remite sin lugar a dudas a imaginarnos una personalidad definida, pero hay problemáticas si queremos interpretar los que dice esta mujer a la luz de nuestros conceptos del siglo XX, ¿quién dice que si ella se refiere al amor, al adulterio, al honor, a la vergüenza, a la alegría, etc..?, ¿exactamente estas ideas tiene su paralelo hoy en día?, por la franqueza con la que se refiere a ellas, dejamos que lo que nosotros creemos que hemos descubierto en su “personalidad” nos seduzca, y por ello podemos olvidar que estamos ante una mujer con una historia totalmente diferente, no sólo a nuestra historia, si no a la historia de todos nuestros contemporáneos, y que además no conocemos, auque creeríamos que sí.

Imaginemos que sólo existen las memorias de Carlota como referente a los personajes que ella describe, entonces por ejemplo ¿qué idea tendríamos de Madame de Maintenon, la segunda esposa de Luis XIV, una mujer que es descrita por mi amiga como “la vieja”, “mosquita muerta” o sencillamente como “la Scarrone”,en alusion al primer matrimonio de la mujer con Jean Scarrone, un poeta paralítico y viejo, ahogado en deudas?. Creo que lo esencial de su problemática es que este tipo de documentos esta sembrado de sentimientos, y como todo, los sentimientos son muy difíciles de interpretar, por lo que hay que tener cuidado a la hora de tener una idea sobre “la personalidad” de Carlota.

Sin duda lo mejor será considerar que Isabel Carlota de Baviera, no es en lo absoluto mi amiga, y que si siento aprecio por ella es a la luz de lo que creo ella debió ser según lo que escribió; tal vez, ya que la historia es interpretación de el propio presente que la escribe en algún momento algún historiador revivirá a mi compañera para así dejar el camino de soledad tan usual a los historiadores, amigos de los muertos.


[1] Princesa Palatina, Memorias, en “Reportaje de la Historia, 114 relatos de testigos presenciales sobre hechos ocurridos en 25 siglos”, ps. 130-131
[2] Op. Cit, ps142-143

1 comentario:

Priscilla H. H. dijo...

Creo que tienes razón al afirmar que los diario son documentos sumamente interesante y sin duda son difíciles de trabajar como fuente para la historia, pero esto lo es más si las preguntas que se le hace no entienden a la fuente y se les exige que respondan lo que no podrán. La pregunta sería si esto es diferente a otros documentos y mi postura sería que no.