miércoles, 8 de octubre de 2008

La epopeya de Gilgamesh, ¿la primer obra maestra de la literatura?

Leyendo el muy recomendable libro de Franco D´Agostino, en el que se hace una lectura crítica y reflexiones acerca del poema de Gilgamesh, un texto encontrado en las excavaciones de la ahora famosa ¿antes lo fue? Biblioteca de Asurbanipal[1], me surgió una reflexión que tiene que ver con las traducciones, es increíble como todo lo que sabemos o percibimos (adelantando que no estoy demasiado alejado de los presupuestos del idealismo que traza Berkeley) es un traducción de traducciones.

El caso de Gilgamesh es un ejemplo de la traducción llevada al máximo: paso de ser una fuente oral a ser escrita en sumerio, de ahí paso a una traducción al asirio y aún más, la fama de este poema fue tal que del acadio[2] se tradujo al hitita[3]; unos dos mil años después se tradujo al ingles, al italiano y luego al español, para que yo lo pudiera leer. Ante tanta manoseada del ¿texto? original en sumerio cabria una muy razonable duda sobre “¿que tanto de Gilgamesh en realidad leo?”, “¿será posible llegar a mas contenido del original?” o “¿me hundiré en este mar de interpretación?”.

Antes de decir más creo que es conveniente saber que Gilgamesh, es el nombre de un héroe sumerio, cuyos orígenes se remontan a fines del tercer milenio a. C., cuya figura retomarán los pueblos que siguieron al sumerio: el babilónico y el asirio[4], agregando al relato no solo la historia general de las andanzas del antiguo rey de Uruk, sino su lengua, que adaptaron a los signos cuneiformes sumerios.

El título ya nos sugiere que mi reflexión se da en llamar “literatura” al poema de Gilgamesh, ¿Cómo podemos decirle literatura a un texto producido en una época en que la oralidad era lo que imperaba, al grado que todo lo escrito usualmente se recitaba, con agregados de quien lo hacia, para hacer así más entendible lo que estaba “en un soporte mas duradero que el habla misma”?.

D, Agostino nos hace ver como la lengua sumeria (recordando que los “soportes” del relato de Gilgamesh se encuentran en ese idioma, el cual después se tradujo al acadio) tiene reglas para poder expresarse muy diferentes al español, ya que es una lengua “aglutinante”, en la que por ejemplo, tratando (si es que es correcto lo mismo) de establecer analogías con el idioma español, una palabra tendrá la misma formas de escribirse si tiene relación con una “realidad” similar.


Según lo anterior, por ejemplo un signo cuneiforme igual se encontrará para referirse a aquellas palabras de uso común en sumerio (palabras con pronunciaciones diferentes, claro esta), que tengan un mimo origen, por ejemplo, lo que en español serian las palabras “escribir”, ejercer la profesión del que escribe: “escritor”, o escribir como parte de su formación: “estudiante de cualquier tipo”, o referirse a un texto que este escrito: “libro”, “escritura”, “documento”, etc..; lo que se hace en el sumerio, al tratar de diferencia entre un mismo signo cuneiforme y saber sobre si su interpretación es sobre “el maestro escriba que elaboró este texto, al que queremos referirnos”, o “el título del texto, al que nos referimos”, o “la referencia a la existencia de un texto cualquiera”, se determina por las signos que segundan al signo para todas esas palabras, signos que pueden ser ideográficos, pictográficos o fonográficos.

Con lo anterior se nos denota (caso muy similar que el desciframiento de egipcio, una escritura que para entenderse amalgama en su desciframiento las referencias directas a “cosas”, “ideas” y “sonidos”), que poder traducir un texto en acadio, es tremendamente difícil, y lo es aun más tratar de buscar paralelos de este desciframiento al tratar de leer el español, un texto que estuvo en acadio, con lo cual ¿que tanto podemos en realidad “entender” el fin de Gilgamesh, ¿que tanto podemos traducirlo como para ponerlo en “español”?, ¿hasta que grado es la traducción legítima?, ¿puede encasillarse esto como “literatura”?.

Dentro de este contexto creo que no es muy correcto darle el epíteto de “literatura” a esta obra, creo que sólo se puede hablar de ”literatura” cuando las propias personas que hacían estos textos tenían noción de que eso hacían, por lo que sólo podríamos recontarnos con esta “etiqueta” al siglo XVII de nuestra era, pero ¿antes?.

Yo creo que “antes” teníamos escritura y relatos, pero debemos cuidarnos mucho de decirles a estos sólo así: “literatura” sin más dentro de un mundo tan alejado y difícil de traducir a nuestro idioma, mucho más porque la literatura tiene su propia estructura, la cual creo es forzada para que Gilgamesh entre dentro de ella.

Solo escribo esto para establecer la gran complejidad de abordar al pasado, y tratar de traducirlo a nuestro presente, pasando por encima de no sólo miles de años de historia sino también por milenios de representación de la realidad y evolución de la misma.


[1] un rey asirio que fue famoso por sus victorias militares, que acrecentaron su imperio, pero que hoy es más conocido dentro de los círculos de historiadores y del mundo del arte por su soberbio palacio y relieves descubiertos en Khorsabad y Nínive, esta última donde además se halló una inmensa colección de textos, muestra de sus afanes en vida por juntar mucha de la documentación asiria, babilónica y sumeria de varios lugares de su imperio, cuyos frutos hoy conocemos, en lo que fue llamado la “biblioteca de Asurbanipal”.

[2] El idioma de los asirios, a base de dialectos semitas, es decir los pueblos que originariamente eran los “nómadas del desierto”.
[3] versión a la cual a veces recurrimos por roturas o faltantes en el texto asirio, tomado como la fuente “mejor acabada” del poema.
[4] Para los que los sumerios representaron, el inicio de su propio saber y cosmogonía; como para nosotros los griegos y romanos.

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