miércoles, 3 de septiembre de 2008

Cuando las fuentes no nos hablan...


En alguna clase escuché que es muy importante la selección de las fuentes, utilizar las que en mayor grado se refieren al tema que tratamos de investigar y de ellas seleccionar las que se van a utilizar, después, es fundamental leerlas y analizarlas con el mayor cuidado que podamos, tratando (si es posible) de comprender el sentido de lo que se dice en ellas se dice, pero que aun con todos los esfuerzos que realicemos, no podremos comprender en su totalidad lo que el autor de la fuente trataba de comunicar.
Mezclando esta información con una frase del libro El paisaje de la historia: como los historiadores representan el pasado de John Lewis Gaddis
[1] que dice “es inevitable pensar la historia en términos morales… el problema de los historiadores, por tanto, no es si debemos o no emitir juicios morales, sino como podemos hacerlo con responsabilidad”, me lleva a preguntarme si además de la interpretación de las fuentes es necesario inmiscuir un juicio moral, pues queda claro que la fuente la estoy interpretando desde mi época, pero sería interesante analizar si en toda la historia que se ha escrito hasta ahora ha sido imposible dejar de incluir la moralidad de la época en la que se está escribiendo, y si es así, que tanto beneficia o perjudica a la historia.
Según el argumento del autor, de entrada nos sirve para saber cuales son los acontecimientos o personajes relevantes, para identificar en un proceso histórico, cuales son las acciones buenas o malas que han marcado el curso de ese proceso en particular, que sin este tipo de juicios de moralidad, sería imposible para el historiador saber cuales son los temas que conservan importancia en su propia época.
En general, yo creo que el libro es bueno, ya que fue escrito para estudiantes, y por lo tanto, incorpora ejemplos muy sencillos y que rayan en lo cómico para explicar cada uno de los conceptos de los que trata el libro, además es relativamente corto, por lo que si se tiene un poco de tiempo está bastante recomendable leerlo.



[1] Gaddis, John Lewis, El paisaje de la historia: como los historiadores representan el pasado , Ed. Barcelona, 2004, 256 pp.

1 comentario:

Priscilla H. H. dijo...

El tema es realmente interesante, preguntarse cómo un historiador podría seguir sosteniendo una postura así; hablar de personajes relevantes, de acontecimientos importantes, de acciones buenas y malas como si la historia estuviera ya dada. Hablar de la morar del historiador es pertinente, me parece, sólo en términos de que uno debe estar conciente de sus valores y de que estos son históricos y poco o nada tienen que ver con los de su objeto de estudio. No es tarea del historiaro estar elaborando juicios morales sobre el pasado.