domingo, 31 de agosto de 2008

Psicología Social e Historíca en la visión del otro

Comprensión de conflictos étnicos, y discriminación

Los conflictos étnicos y raciales provienen por la impresión de un objeto o persona, categorizar una persona o cultura, y por los creados estereotipos, un estereotipo es un conjunto de características que se cree son compartidas por todos los miembros de una categoría social, este estereotipo clasifican erradamente a las personas. El prejuicio es parte importante en esta clasificación, ya que este es creado según teorías por Allport, en la teoría de la frustración-agresión, otra teoría es la de la personalidad autoritaria o intolerante, donde no existe otro argumento, más que el de superioridad. Esta postura fue reforzada en el siglo XIX con el nacionalismo y la distinción de "razas", proximamente, en el siglo XX tuvo mayor auge en la Segunda Guerra Mundial.

Pero a todo esto, ¿en qué puede apoyarnos en la problematización de los conflictos étnicos y racistas la psicología, y en que tiene importancia en una investigación histórica?

La identidad, o integración a un grupo proviene de la sociedad en la que se encuentra el individuo, el odio creado hacia otro grupo radica en su lugar social, y su intolerancia hacia otros grupos, además de que las creencias sociales generalizán conflictos étnicos prolongados, frases como "somos víctimas", "Nuestras metas son justas", y "nosotros no estamos equivocados" son frases en la que las personas ven el conflicto. Todo esto más las imagenes, estereotipos, mitos y recuerdos colectivos crean la violencia. El mirar desde otra perspectiva mas tolerante, responde a una alteridad tolerante, romper con discursos modernos, buscando con la investigación histórica una creación de posibilidades de mirar al "otro" sin prejuicios o estereotipos, la psicología apoya a la Historia en su búsqueda de conocer porque se siguen dando el racismo y los conflictos étnicos. Crear una Historia desde la perspectiva de otros grupos dará una tolerancia hacia su pensamiento y costumbres, sin reflejar una razón absoluta o verdad, haciendo autoritario un grupo sobre otro grupo.

Es necesario desarrollar técnicas multidisciplinarias para que los programas de contacto entre los grupos y recategorización sena plenamente efectivos al abordar los conflictos en diferentes culturas. Algunos expertos comentan que es riesgoso y etnocéntrico asumir que los métodos desarrollados en contextos occidentales son aplicables directamente en culturas y contextos diferentes. La investigación histórica sobre diferentes creencias y prácticas culturales y sus implicaciones para el análisis y prevención del conflicto racial y étnico es importante con la contribución del campo psicológico.

31/08/08
Psicología, Charles G. Morris, Mc Pearson, Méx.
www.sos-africa.org/estereotipos.htm

La institucionalización de la locura o ¿Cómo hacer historia en tiempos de crisis?

“No se a donde voy y si supiera, tal vez no quisiera llegar ahí, sin embargo, tengo la necesidad de ir”-Jacques Derrida

¿Como podemos ignorar las criticas y observaciones que se han dado en los últimos 40 años sobre todo el conocimiento y en particular sobre la historia? Sin duda en una época de transición tan complicada como es la posmodernidad, la historia esta en problemas epistemiológicos, no hay dos maestros en un departamento sobre cual método de investigación es el correcto, tenemos problemas ontológicos por lo que tenemos problemas definiendo que es la historia y yo no conozco una definición que me satisfaga…Estamos sobre todo en problemas existenciales con una clara reducción del número de historiadores, debido, tal vez a su poca valorización en la sociedad moderna. Dentro de esta crisis global, que nosotros dentro de la historia la sentimos como doble, ha existido una gama de respuestas: desde el excentricismo de Hyden White hasta las propuestas sordas e inútiles de los positivistas historiadores que no tienen ningún sentido. Entonces, si no queremos hacer literatura ni contar cuentos, ¿Qué opciones nos quedan?
Déjenme plantear mi propuesta del quehacer histórico, y los invito, mis pares, a juzgarme de la manera mas severa.
Sin duda estoy de acuerdo que la historia va mas allá de cualquier uso práctico, es una necesidad, una necesidad de entender, la gente necesita saber que pasó antes que ellos y sin duda seguirá habiendo gente que recopile datos, haga el inventario y haga “historias”. Pero mi propuesta es que los historiadores tienen las herramientas y la evidencia de que los principios del posmodernismo tienen fundamentos en la crisis del presente. En mi opinión, la historia debe de convertirse en la segunda oleada del posmodernismo, serán los historiadores, después de los filósofos, los que expliquemos con “evidencias” que no existe evidencia. Debemos salir de la oscuridad y salir a decirle al público en general lo que hemos aprendido y dentro de las prioridades de la agenda que debemos de discutir a luz plena son:
1. Todo es histórico, todos los conceptos e ideas que manejamos tuvieron en algún momento un punto de existencia y un punto de no existencia.
2. Nada esta dado, tan lógica es una idea hoy que se vuelve absurda mañana.
3. No existe ningún punto de vista mas valioso que otro, la validez de otros discursos es innegable, sin caer en lo arbitrario.
Sin duda será difícil demostrarle al mundo entero lo que queremos proponerle. Pero ya no podemos vivir en la oscuridad, ya no nos podemos darnos el lujo de callar lo que sabemos. Tomemos nuestras mejores metáforas y salgamos a la calle.

sábado, 30 de agosto de 2008

La importancia de la investigación histórica

Importancia:

Para mi la importancia radica en una problematizacíon, que utopicamente busca una respuesta, pero deberiamos enteder porque a todo debe haber una respuesta. Para mi, la investigación cientifíca, de cualquier "ciencia", sique siendo un modelo de la modernidad y completamente positivista. Mi postura radica, en que debería de buscarse otra forma de hacer investigación, y no con formulas, métodos y diferentes pasos, como si estos pasos nos dieran un "descubrimiento", o una "verdad". Yo creo que la importancia radíca en la problematización, sin buscar respuesta, porque seria como buscar el progreso de dicha investigación, su importancia esta en aumentar la problematica, ampliar el horizonte, pero no limitarlo con una respuesta, que viene, completamente del autor, pues sabemos que actualmente no se puede ser completamente objetivo.

Sabiendo que la Historia no es una "ciencia", esta problematización nos puede ofrecer un panorama diferente y más optativo. Así, se puede abordar dicha investigación de diferentes ambitos y disciplinas para aproximarse al limite del problema, esto es, no teniendo una idea de fin(teleología) en el trabajo, sino una contingencia, sin tener que buscar una solución o respuesta absoluta. Yo pienso que también la investigación histórica tiene un problema de delimitación, ya que su publicación es en un entorno y no en un sistema, sin ser globalizante ni universalista, pero podría ser que estas simples investigaciones, fueran abiertas a otros tipos de lectores, sin tener que ser limitadas simplemente por la construcción de una disciplina, sino como comentaba, podría ser tambiíen para las desmás disciplinas, en un lectura interdiciplinaria que buscara una integración, de cualquier tema sin ser limitado.
30/08/08

jueves, 28 de agosto de 2008

DE HISTORIA , TERAPIA Y ACADEMIA CALLEJERA


Para mi la Historia va más allá de asistir a archivos, escribir ensayos y tesis, hacer doctorados y codearse con la crema y nata de nuestro gremio. Yo veo a la Historia como una terapia que me hace cada día más humano, en cuanto que me hace reflexionar sobre mis limitaciónes, mi “constructo” cotidiano, escindido y finito.

Creo que a medida en que podamos ser conscientes de lo que se menciona en el párrafo anterior y que en cierta forma para mi es la “consciencia histórica” de la que habla De Certeau, podemos empezar a preguntarnos sobre la labor social de la historia.

Tratando de contestar y consciente de que puedo errar a la respuesta de ¿Qué labor social tiene la historia?, creo que primero debo de reiterar que hacer historia, es crear “DISCURSOS” y a partir del análisis de discursos ya establecidos, el historiador debe de señalar a manera muy lacanniana las “FALTAS” que tiene algún discurso en específico y empezar a proponer un “OTRO DISCURSO” el cual puede subsanar aquellos recovecos lacannianos, pero siempre estando conscientes de que esa “OTRA PROPUESTA” va agenerar otras “FALTAS”.

Ya que se tiene un análisis y una propuesta hecha en la academia, el “OTRO DISCURSO” debe salir a las calles, al campo y a otros espacios para que se dialogue con la realidad y en vez de repetir el patrón de la academia de marfil: “pobre realidad si no se acomoda al discurso académico”, se genere lo siguiente: “pobre discurso académico si no se acomoda a la realidad”, creo que aquí está la verdadera labor social del historiador y su discurso; que tenga la flexibilidad de acomodarse en diferentes realidades, de que éste abierto a dialogar con diferentes actores sociales (estén o no estén en su mismo “lugar de enunciación”) y que siempre esté consciente de que es un “constructo” cotidiano y escindido.

A manera de conclusión creo que como futuros historiadores deberíamos de empezar a generar “academia callejera”, apoyarnos en las aulas y sus palabrerías, pero que nuestra verdadera formación y aportación sea fuera de esas cuatro paredes; platicando, caminando, observando y tropezándonos para que nunca se nos olvide que la el paraje es largo y hay que aprender a caminarlo.

Importancia de la investigación histórica

Yo considero que la importancia de la investigación histórica es lograr un nivel de conocimiento
de lo que sucedió en el pasado que nos permita pensar sabemos lo que se ha hecho con
anterioridad y que ha culminado con nuestra propia existencia, como nuestra existencia fuera la
punta de una pirámide, sabemos que nosotros somos la culminación de ella, pero nos interesa
conocer lo que está en la base, además de tener la conciencia de que ha existido una continuidad
que de haber sido de cualquier otra manera nos hubiera llevado hacia otro rumbo, por eso nos
interesa conocer las condiciones que nos han traído hasta donde estamos.
Tener la sensación de conocer los cambios que han ocurrido en el pasado, y poder ver (al menos
desde nuestra perspectiva y siempre englobando elementos de nuestra realidad) los aciertos y
errores que se han cometido. Legando a este punto, es importante la investigación histórica por
que, a pesar de que ya existen varios discursos históricos, resultado de la investigación de
multiples periodos históricos, siempre se necesitan nuevas investigaciones que estén más acorde
con lo que deseamos conocer en la actualidad sobre el pasado.

¿Cuál es la importancia de una investigación histórica?

A mi juicio la pregunta es absurda, debido a que es obvia, para mi, la respuesta, ya que yo pienso que gracias a la historia nosotros podemos saber quienes somos, y no lo digo como nación , país o raza, sino además sobre nosotros mismos; simplemente saber que mi madre es fulanita de tal y que yo provengo de ella, y que gracias a su existencia, la mía fue viable, conlleva una historia, una percepción de tiempo y de sucesión, elementos que llevaron a lo que hoy soy, historia sin la cual una simple pregunta como ¿Cómo me llamo? no tendría ni la menor significación o justificación para nosotros.

Creo que lo esencial no sería explicar porque la investigación histórica (de la que deviene la inteligibilidad de la historia misma) es viable o importante, si no mas bien como hacer para que el pópulo lo entienda; en México y el mundo lamentablemente casi todos los que no son historiadores ocupan puestos estratégicos dentro de nuestras economías, políticas y países, cosa a la que arguyo la descomposición que presenta el país y el mundo en general en sus instituciones, economía, sociedad y la relación entre diferentes modos de pensar (seria impensable, por ejemplo, creer que la ONU, y otros organismos internacionales han dado pasos contundentes en la lucha contra el avance del SIDA en África, lo que revela falta de conocimiento de la propia África y sus estructuras históricas y sociales).

Es una paradoja que en un país como México, que se caracteriza por una historia y una cultura tan vasta y diversa, lo único que le vea el gobierno actual a la historia es la misión forjadora de valores nacionalistas, por no decir más, ya caducos, ¿alguien verdaderamente cree que los mexicanos somos iguales, provengamos de la sierra gorda de Chiapas, de Las Lomas, de Chihuahua o de Veracruz, Tlaxcala o Colima?, ¿Hidalgo en realidad supo que era uno de los forjadores del México independiente? ¿sabía lo que era México la sociedad de la Reforma?”,“¿Porfirio Díaz fue la maldad encarnada y Juárez un hijo de los ángeles autóctonos?”, etc..

Lo primero para valorar la investigación histórica, creo, seria poner a la historia como algo más cercano a la “vida diaria”; algo que se alejara de las ideas que se tienen en común de lo histórico como “lo viejo”, “lo que era y ya no es”, “lo que implica memorizar datos y fechas” , en fin “lo que no me atañe en nada si lo sé o no”; este tipo de ideas deben cambiarse por otras que motiven la indagación y la vista critica del pasado y la realidad en general, frases por ejemplo como: “que edificante que puedo saber que no todo en la vida siempre fue igual”, “que divertido que puedo escapar de mi realidad al conocer otros mundos entre lo imaginario y lo real”, “que útil que sepa como son y fueron los demás, ya que así se mas lo que yo mismo soy o no”.

Esto más que una reflexión, es una propuesta: ¿cómo hacer que la investigación histórica pase de un paradigma a otro?, lo que creo es que va a ser un paso complejo, pero definitivamente creo que son los propios historiadores y no el gobierno los que deben crear esas condiciones para el cambio, del gobierno mismo entre otras cosas; por lo tanto nosotros (es decir el cuerpo de historiadores mexicanos) debemos dejar de trabajar solos, o de escribir para un circulo muy reducido, ya que si el gobierno da directrices de lo que la historia debe significar, entonces nosotros podemos organizar una nueva propuesta de cómo hacer que esta “identidad” multicultural que es lo que existe hoy nos haga mas responsables hacia nuestra vida; trabajar en esto y que haya historiadores comprometidos a publicar sus respectivos trabajos con este enfoque y yo sugeriría que el genero de novela histórica se hiciera mucho mas y con mas apertura, dejando de relatar solo momentos como la independencia o la revolución. Las anteriores medidas creo aún pueden ser llevadas acabo por cierto sentido de unión si no como país o cultura si como un ente que “no es EU” con personas que buscan vivir mejor en conjunto, porque al final de cuentas, vivamos o no en un país, y estemos en una federación o estado diferente, todos buscamos progresar y ver crecer en mejores condiciones a nuestros hijos y nuestras comunidades.

El pasado, y en este caso el pasado propio de México es importante conocerlo para reforzar las diferencia y encuentros con otras regiones y para determinar las causas por las que decidimos en algún momento formar un país; para conocer esa información hay que realizar investigación histórica, así podremos ponderar con mejor razón (y a la vista de estudios antropológicos, económicos, políticos y organizacionales que lo tomen en cuenta y se sirvan de esta labor a la vez) una identidad con sus pros y contras, sí, pero eso si única e irrepetible, tan única y valiosa como la historia de Estados Unidos, que de seguro (aunque sea un tiro de gracia a nuestro “nacionalismo”) muchos desearíamos tener, para ser el país opresor y dinámico en vez del oprimido y consecuente.

En conclusión, y por fin respondiendo de forma directa a la pregunta inicial, el motor de este breve comentario, la importancia de realizar investigación histórica es que con ella podemos instrumentar y planear nuestras acciones de manera mas acorde con nuestra realidad; recordemos que la historia es un estudio del pasado, que a la vez refleja al presente, por lo cual podemos aprender mucho de eso, y por que no… subirnos en ese tren y aprovecharlo para potenciar la participación de sociedades y países e ideologías dentro del marco internacional y nacional

Y a todo esto… ¿Por qué es importante la investigación histórica?



Desde un punto de vista particular, la importancia de la investigación histórica no radica tanto en sí misma, sino que tiene más peso la labor o función social que puede cumplir fuera de la academia. ¿Para qué queremos una investigación que sólo se quede entre historiadores?

Al hacer una investigación, debemos primero considerar que iniciamos con un juicio de gusto, al seleccionar el tema a investigar. Pero no solo debemos pensar en escribir para los colegas historiadores, lo cual, si bien aún soy estudiante de licenciatura y tal vez no me quede del todo claro, nos han dicho en diferentes clases y discusiones: “la historia se escribe para los colegas”… ¿Qué acaso no es ese uno de los problemas que afronta actualmente la investigación histórica? ¿La “no difusión” y la sentencia a quedarse en la academia, donde su función social prácticamente queda discriminada, quedando sólo como una disciplina para letrados, o cayendo en la erudición –como la memorización de fechas y un vómito de datos sin siquiera pensarlos–? Si bien, también debe de cumplir con los parámetros del lugar social del cual parte, esto no implica que pierda el enfoque social o que no juegue un papel para marcar una diferencia o un parteaguas dentro de la sociedad. No hacer historia “desde arriba” o “desde abajo”, o de buenos y malos, si no crear un diálogo en común entre todas y cada una de las áreas, no caer en las trivialidades y clichés, sino hacer un discurso completo, en donde se pueda repensar la sociedad. ¿Tarea difícil? Sí, vaya que lo es. Tal vez, como lo discutíamos en clase, no nos toque ver los resultados, pero si no tomamos la batuta y nos volvemos historiadores emprendedores del cambio, creo que nuestra investigación no tendrá el valor que merece.

lunes, 25 de agosto de 2008

Entendiendonos a nosotros a travez de los contrarios


Leí la semana pasada “Dos americanos, dos pensamientos”[1], un excelente libro de Alicia Mayer; apropósito de estas notas de reflexión creí conveniente no sólo dar a conocer el contenido de dicho libro sino tratar de sacarle partido a los conocimientos adquiridos con el mismo, haciendo patente como las investigaciones históricas de este tipo (comparativo) son muy útiles para el presente.

En líneas generales el libro habla de las vidas y obra de Cotton Mather y Carlos de Sigüenza y Góngora, dos hombres de letras contemporáneos de los cuales compara su obra y pensamiento, revelando así las diferencias y similitudes que había no sólo entre dos personas distintas, sino entre dos formas de cosmovisión diferentes: el puritanismo (surgido de las ideas luteranas y calvinistas) y el catolicismo (fiel reflejo en ese periodo de las medidas tomadas por la contrarreforma), haciendo con esto un mapa de la cosmovisión de ambas ideologías muy peculiar, dandonos a conocer una cosmovispon no a través de ella misma, sino de su contrario, y por esto la frase de que: conociendo al otro es como te conoces a ti mismo, ya que ves lo que no eres, adquiere un inusitado sentido.

Podemos hablar de un libro muy bueno y recomendable, además de que, la investigación de la autora es apabullante, ya que abarca la lectura de la casi totalidad de las obras de ambos autores, la obra de otros contemporáneos, la historiografía contemporánea a nosotros y la comparación entre estas: cientos de libros en total.

El libro tiene varios fines, por un lado decirnos como dos personas a pesar de ser tan diferentes pueden tener muchas similitudes, por otro lado ver como la cosmovisión afecta directamente la forma de pensar de las personas, con lo que las ideas como “verdad”, “tradición” (vistas desde sus bases de justificación moral) y calificativos como “bueno” o “malo” pierden todo sentido si los desvinculamos del lugar y momento en que se dieron, con lo que el libro es un ejemplo historiográfico magistral, que logra desvinculemos nuestras propias nociones de lo que “es”, cuestionando desde donde proviene la “raíz” de una creencia como “la verdad” para nosotros mismos en el presente.

Es justamente esta noción de que todo es real según el ojo que lo mire, lo que hace que para Cotton Mather la salvación del alma este predestinada para algunos, y lo único que se puede hacer es trabajar de manera individual afanosamente para encontrar en el éxito o fracaso de nuestros proyectos de vida un prefiguración de nuestro destino infinito, y, por el contrario para Góngora, los actos que hacíamos en vida eran el trabajo necesario para conseguir la salvación del espíritu; situación que en Cotton favoreció la menor ingerencia de las instituciones en los proyectos y la vida individual de sus gobernados, generando así con el tiempo, la búsqueda del éxito, la libre empresa, el libre mercado y la promoción del litigio; y en Góngora, favoreció un estado benefactor dedicado a brindar consuelo sin pedir que la gente probara sus alcances, no había nada que demostrar, lo que favoreció una visión jerárquica y estratificada de la sociedad, donde los alcances y logros para cada uno de sus gobernados estaba delineados no por sus actos sino por su lugar dentro de la sociedad, con lo que por obviedad todos (los que sufrieran y los que no) tenían la salvación asegurada si se encargaban de seguir las reglas del sistema, generadas desde la iglesia misma.



Con este libro podemos ver que tan diferentes somos nosotros mismos como mexicanos (herederos entre otras cosas del mundo contrarreformita) de los Estados Unidos (herederos entre otras cosas del calvinismo), y como a pesar de esto cada cosmogonía produjo para los suyos lo mismo: bienestar social; con lo que la pregunta para finalizar esta reflexión es: ¿No deberíamos nosotros como mexicanos, entender el capitalismo desde nuestra cosmogonía y no desde una impuesta?, ¿no serian mejores las condiciones sociales de México sin en vez de globalizarnos con ideas que funcionan sólo en lugares con cosmovisiones diferentes, vemos quienes somos y actuamos en función de esa realidad, sólo nuestra?.

Creo que la historia nos vuelve a dar una lección, ya que antes el bienestar social dimanaba de la propia cosmogonía que lo ostentaba, ya fuera catolicismo o protestantismo, y ahora el bienestar social dimana de una cosmogonía que es impuesta a todos sin ver que sólo alcanzara sus objetivos para algunos.
[1] Mayer, Alicia, Dos americanos, dos pensamientos, Carlos de Sigüenza y Góngora y Cotton Mather, México, Instituto de Investigaciones Históricas, de la UNAM, 1998

domingo, 24 de agosto de 2008

La interdisciplinariedad como postura actual en las universidades

Después de la crisis educativa surgida en 1986, en diferentes paises del mundo, se planteo terminar con la rigidez disciplinaria, es cuando aparecen las posturas interdisciplinares, que buscan reunir diferentes disciplinas en un fin común pero sin modificar la estabilidad epístemica, este proceso no implica solamente sumar visiones, sino relativizar los valores de verdad disciplinaria en función del mundo complejo que enfrenta el sujeto. Posteriormente también se incluyo el termino de transdisciplinariedad, el término de transdiciplinariedad fue emplado de manera formal hasta 1970(12). Donde uno de sus teóricos mas importante fue Edgar Morin (2003)en su libro: "El método".

Los nuevos modelos y propuestas educativas conjugan los modelos inter y transdisciplinarios en el espacio educativo, enfrentando problématicas sociales, toda una posmodernidad donde no se encuentra la verdad absoluta en ninguna "ciencia". Este fenómeno incorpora una competencia en los campos del conocimiento entre los diversas discilpinas, donde por ejemplo la Historia no termina como una disciplina especifica ni alejada, sino una integración con demás disciplinas enriqueciendo el conocimiento de la problemática planteada.

Es por esto que es necesaria esta busqueda de lo interdisciplinario en las universidad, por un lado por términar con el discurso moderno de una verdad absoluta, dicha en cada disciplina "cientifíca", lo cual es un fracaso de la modernidad (M.Foucault.) y por otro lado por la creación de multiples visiones del conocimiento en busca de un dialogo y una compresión, entre las diferentes disciplinas.

Bibliografía:
12.-Raúl Mota(1999). en su artículo: "Complejidad, educación y transdisciplinariedad".Méx.
Edgar Morin (2003) en su libro "El método".La vida de la vida. Madrid.
Michel Foucault.(1966)"Las palabras y las cosas" París
Carolina Serrano(2008)Tesis: "Ideología y currículo" La interdisciplinariedad, UAEM. Méx.

www.pensamientocomplejo.com.ar/docs/files/morin_sobre_la_interdisciplinaridad.pdf

¿A través del otro?


Cuando investigamos, e iniciamos la búsqueda de fuentes, creo que una pregunta importante para nosotros sería: ¿cómo aproximarnos a este texto o documento, cuando en realidad no podemos acceder a lo que "realmente" queremos saber?

Leyendo el ensayo de Montaigne, "De los caníbales", encontré una frase que me pareció bastante importante, que puede describir la reacción que tenemos al momento de enfrentarnos al documento, y de la cual no estamos del todo concientes, sería: “[...] lo que ocurre es que cada cual llama barbarie a lo que es ajeno a sus costumbres.”[1] Entonces, como historiadores, sabemos que, sólo por nuestra condición social y postura en un tiempo posterior a aquello a lo que queremos acercarnos, habrá un tipo de prejuicio, algo que nos hará creer que somos la versión evolucionada de aquello que vemos, porque lo que vemos serán diferencias, siempre a partir de nosotros.


Partiendo de lo que Montaigne escribe, al asumirnos como seres finitos, es decir, tener conciencia histórica,[2] podemos vernos entonces a través del otro, asumiéndonos como diferentes. El historiador va a trabajar sobre esta diferencia, sobre la otredad, pero no sin antes asumirse finito y dentro de una condición social diferente a lo que es su objeto de estudio, el “pasado”; entendiendo que el otro será incomprensible o que sólo podremos vernos a nosotros, no a “ellos”; como diría Gadamer, en términos didácticos, tratando de fusionar el horizonte hermenéutico del otro con el nuestro para poder llegar a un entendimiento, a pesar de que este otro será una construcción, una mera construcción que parte de nosotros mismos. Por esto mismo, para los contemporáneos a Montaigne y a Carlos IX, estos “otros” eran incómodos, eran incomprendidos y, además, quedaban fuera de toda categoría –los antiguos y los modernos–, porque no se entendían las diferencias existentes, sino solo se veían y categorizaban.



Pero esto mismo nos pone en una postura favorecedora, puesto que nuestra visión del hecho es panóptica: sabemos lo que sucedió después, lo que nos pone en ventaja a los contemporáneos a dicho evento. Así, como investigadores, debemos tener presente que al tener un documento frente a nosotros -de cualquier tipo-, no tenemos una evidencia irrefutable o que nos muestre la verdad absoluta, sino solo un fragmento de aquello de lo que queremos hablar, de la construcción del pasado que se va a realizar.




[1] Michel de Montaigne, “De los Caníbales”, en Ensayos.
Víd
http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/01372719700248615644802/p0000002.htm#I_36_


[2] Para explicar la finitud del hombre, la conciencia histórica y la diferencia, ­cfr. Michel Foucault, Las palabras y las cosas.

sábado, 16 de agosto de 2008

Un nuevo modo de estudiar la historia


Hay que rearmar la historia desde la perspectiva de los vencidos

En una entrevista del filósofo Enrique Dussel con La Jornada (Periodismo de gran presencia en México), publicada el pasado 24 de marzo de 2008, propuso una vía distinta para asomarse a la realidad latinoamericana. Así en su libro reciente de tres tomos Política de liberación, historia mundial y crítica, Dussel propone superar algunas series de límites teóricos, como la visión eurocentrista, el occidentalismo, el helenocentrismo histórico.
“Un nuevo modo de estudiar la historia” título de la entrevista publicada en donde el pensador propuso elaborar una posible historia de los pueblos a partir de “una reconstrucción epistemológica desde los vencidos, desde las víctimas de la modernidad.” Aquí habría que preguntarle al filósofo ¿Quién hará ese tipo de historia? ¿Los vencidos o alguien que pretenderá comprender a los vencidos?
A parte de eliminar algunos límites teóricos ya mencionados, también propuso eliminar la periodización de la historia según los criterios europeos. Aunque el tema central de la entrevista fue sobre la filosofía política, dejó ver que ésta no está separada de la filosofía histórica. Dussel afirmó que al hablar de teorías se hace desde la perspectiva eurocentrista, un ejemplo es que cada vez que se habla de filosofía se parte de Atenas, como que si fuera la única filosofía existente; por tanto, se pregunta ¿Qué hay con Confucio en China, o con la filosofía india, o del mundo islámico?
Así Dussel pasó brevemente a demostrar porqué Europa no puede ser el centro de la historia, habrá que mencionar que el criterio para esta afirmación será la política. En cuanto a la historia, afirmó que se tiene una visión distorsionada. Por tanto es grave, según el investigador, entre otras razones, “porque la historia es el horizonte de las ciencias sociales.”
La Jornada se refiere a Dussel como un conocedor de las filosofías clásicas y de la historia latinoamericana, cuya convicción es “que hace falta diversas categorías para explicar lo nuestro”. En el primer tomo hace la deconstrucción y la reconstrucción teórica, a partir de una historia mundial para entrar a Latinoamérica y como un tercer paso entra a los movimientos populares.
El filósofo afirma que está rompiendo una cantidad de esquemas con el fin de que se pueda permitir la posibilidad de nuevas visiones. “El nuevo modo de estudiar la historia propuesto por Dussel es, también, un lente distinto para asomarse a lo que actualmente sucede en nuestro continente,” concluye la entrevista.
Hoy en día podemos ver que existe gran diversidad en hacer historia, esto se debe a los objetos de estudio, el quehacer histórico actual efectivamente necesita plantearse nuevas teorías, así como un diálogo con la historia tradicional para que se pueda plantear nuevas preguntas y como consecuencia el trabajo histórico.

Hernández Navarro, Luis. “Un nuevo modo de estudiar la historia”, La Jornada (México), 24-03-08, p. 8 Política.

¿Literatura como fuente histórica?

Hojeando el libro Técnicas de investigación para historiadores. Las fuentes de la Historia, en el
capítulo de "Fuentes bibliográficas", particularmente la sección titulada historia y literatura,
cualquiera podrìa esperar que se resaltaran las diferencias que separan a la historia de la
literatura, al contrario de esto, se encarga de resaltar una fuerte vinculación que existe entre
ambas, incluso señala que en la historiografía de los últimos años se ha generado un "giro hacia la
literatura"[1] como fuente de investigación histórica, argumentando principalmente que "no existe
una diferencia epistemológica entre las fuentes que describen acontecimientos supuestamente
reales y aquellas que revelan ideas, sentimientos o valores. No debemos excluir a lo imaginario
del campo de la historia", que la novela histórica, tan unida a la historia como a la literatura,
tendría una gran utilidad para realizar estudios de historia contemporánea sobre la mentalidad y
la vida cotidiana de la época, sin embargo, la historia no deja de ser ficción, no podría permitir al
historiador hacer un verdadero análisis de la historia contemporánea, sino de la subjetividad de
una persona: el autor de la novela, incluso si se tratara de una novela histórica, no sería garantía
de que hablara únicamente con la verdad sobre lo que acontece en la sociedad dentro de la cual
fue escrita. Se sugiere incluso que la literatura podría representar dos tipos de fuente:
a)Fuente directa de conocimiento, tomando del texto literario lo necesario para la
construcción de la historiografía, insertádola como una fuente básica para la obtención de
conocimiento, suponiendo que el autor de un novela es capaz de transmitir las condiciones en las
que se desarrolla la vida cotidiana.
b)Fuente indirecta de conocimiento, en la cual el historiador mismo tiene que convertirse
en un mediador entre la obra literaria y el texto historiográfico.
[1]Francisco Alía Miranda, Tècnicas de investigaciòn para historiadores. Lasa fuentes de la Historia, pp. 295-296.
Publicado por Erika Hernandez G.

jueves, 14 de agosto de 2008

Isabel Carlota de Babiera (1652-1722), una de mis mejores amigas

Sobre esta primera reflexión, creo que comenzar con el absurdo del título es la mejor manera de introducirnos al problema de cierto tipo de fuentes históricas: a saber los documentos como diarios, correspondencia, etc..., que sean de carácter personal. Este tipo de fuentes históricas son de las más interesantes para investigar, por un lado por su rareza, ya que no existen muchos testimonios de este tipo , y por otro lado por la enorme ventaja de ser documentos que nos hablan mas de las propias personas que los escribieron que de los sucesos que relatan, información que generalmente se pierde ya que muchos de lo que relata la historia con mayúscula es sobre las grandes hombres, situaciones y proezas, no sobre la vida diaria y las emociones personales.
Muchas veces el valor de este tipo de información es mayor cuándo quien los escribió fue una persona importancia, ya sea por conocer a personajes de la historia con mayúscula o vivir en momentos muy importantes para la historia. Sea cual sea el origen de estos testimonios, con ellos podemos obtener información de la vida y costumbres cotidianas, los excesos y placeres de todo tipo de personajes, los sentimientos y la forma de concebir el mundo, cosas que muy raramente se encuentran en otros lugares; por ejemplo, uno no esperaría saber si “Juan Pérez”, que vivió hace tiempo, estuvo enamorado de una mujer mucho mayor y tuvo problemas con su madre por quererse casar, al encontrar un documento sobre su matriculación como abogado, su acta de nacimiento o la declaración de sus bienes patrimoniales luego de su deceso.

Ya abordando la lectura específica, deseo preséntales a Isabel Carlota, mejor conocida como “la princesa palatina”, una mujer que vivió durante gran parte del reinado de Luis XIV; segunda esposa de Felipe de Orleans (hermano de Luis XIV) y madre del regente de Francia durante la minoridad de Luis XV; al leer sus memorias (publicadas en 1833) podemos conocer a una mujer sumamente interesante, culta, enterada de muchas situaciones de la corte, desde los chismes sobre las amantes del rey Luis hasta los problemas con los tratados de guerra o de la sucesión a la corona española; una mujer con una experiencia notable sobre la vida, la cual escribió muchas de sus memorias en retrospectiva, es decir recordando lo que había pasado, no tanto escribiendo sobre los sucesos inmediatos, teniendo así muchos elementos para ponderar y dar juicios, cosa que no pasaría si se relataran cuando la persona o la situación en cuestión están en proceso, remontándose, por ejemplo, a su propia juventud para describir a Luis XIV, luego de que este murió en 1715.

La lectura de este tipo de textos es algo problemática, entre otras cosas por que muchas veces no podemos contrastar la información que nos revelan con otras fuentes, además de que la visión personal siempre puede ser tendenciosa y estar guiada por prejuicios (no nos olvidemos que estamos tratando con testimonios de humanos, algunos de los cuales ni siquiera fueron escritos con el afán de que otros los leyeran, poniendo en ocasiones información al nivel de “boberias” o cometarios sin fundamento, que así quedaron para la posteridad; por ejemplo mi “amiga” asevera que:

“Luis XIV y toda su familia a excepción de mi hijo, odiaban la lectura. No se les había enseñado nada, ni al rey ni a Monsieur (su marido); apenas sabían leer ni escribir…no es asombroso que el rey y Monsieur hayan sido criados en la ignorancia. E cardenal (Mazarino) quería reinar. Si hubiese hecho instruir a los dos príncipes, no le hubieran estimado ni empleado..”[1]

Ante lo dicho, ¿ qué tan cierto podría ser lo que ella escribió?, yo por ejemplo tal vez no dudaría de Mazarino y su necesidad de controlar al niño pequeño que era Luis XIV en pro de su propia posición como regente; pero con un frases como “a excepción de mi hijo” me gustaría almenos pensar que talvez fue exagerada la postura de Carlota, sin embargo una revisión de sus cometarios hacia personajes de su vida me hace ver que si son algo realistas, por ejemplo sobre sus hijo, dice:

“tiene grandes cualidades…sabe muchas lenguas, le gusta la lectura, ha estudiado mucho, es sabio y conoce toda clase de artes por difíciles que sean. Es músico y no compone mal; pinta lindamente y conoce toda la química… comprende fácilmente las cosas más difíciles”

Y agrega:

“Yo amo a ami hijo de todo corazón, pero no podría concebir como se puede una mujer enamorar de él, pues no tiene modales…es incapaz de sentir pasión y amar largo tiempo… no es discreto… su defecto es ser demasiado bueno…creer a personas que tienen menos talento que él…su otro defecto.. (es).. tener flaquezas demasiado grandes por las mujeres.. confieza que se acuesta a menudo con ellas sin amarlas”[2][3]

La lectura de esto nos remite sin lugar a dudas a imaginarnos una personalidad definida, pero hay problemáticas si queremos interpretar los que dice esta mujer a la luz de nuestros conceptos del siglo XX, ¿quién dice que si ella se refiere al amor, al adulterio, al honor, a la vergüenza, a la alegría, etc..?, ¿exactamente estas ideas tiene su paralelo hoy en día?, por la franqueza con la que se refiere a ellas, dejamos que lo que nosotros creemos que hemos descubierto en su “personalidad” nos seduzca, y por ello podemos olvidar que estamos ante una mujer con una historia totalmente diferente, no sólo a nuestra historia, si no a la historia de todos nuestros contemporáneos, y que además no conocemos, auque creeríamos que sí.

Imaginemos que sólo existen las memorias de Carlota como referente a los personajes que ella describe, entonces por ejemplo ¿qué idea tendríamos de Madame de Maintenon, la segunda esposa de Luis XIV, una mujer que es descrita por mi amiga como “la vieja”, “mosquita muerta” o sencillamente como “la Scarrone”,en alusion al primer matrimonio de la mujer con Jean Scarrone, un poeta paralítico y viejo, ahogado en deudas?. Creo que lo esencial de su problemática es que este tipo de documentos esta sembrado de sentimientos, y como todo, los sentimientos son muy difíciles de interpretar, por lo que hay que tener cuidado a la hora de tener una idea sobre “la personalidad” de Carlota.

Sin duda lo mejor será considerar que Isabel Carlota de Baviera, no es en lo absoluto mi amiga, y que si siento aprecio por ella es a la luz de lo que creo ella debió ser según lo que escribió; tal vez, ya que la historia es interpretación de el propio presente que la escribe en algún momento algún historiador revivirá a mi compañera para así dejar el camino de soledad tan usual a los historiadores, amigos de los muertos.


[1] Princesa Palatina, Memorias, en “Reportaje de la Historia, 114 relatos de testigos presenciales sobre hechos ocurridos en 25 siglos”, ps. 130-131
[2] Op. Cit, ps142-143

La maquina del tiempo H. G. Wells vs El oficio del Historiador


Talvez una de las amenazas mas serias que enfrentan el gremio de Historiadores (claro sin contar los pequeños detalles de la crisis posmoderna y la falta de personas que deseen estudiar historia) es la creación de una maquina del tiempo. Aunque varios físicos niegan la posibilidad de la creación de tal maquina (por los problemas que representa doblar el tiempo y el espacio). Sin duda mi explicación favorita sea la del físico Stephen Hawking que nos explica que si se pudiera viajar en el tiempo estaríamos invadidos de turistas in soportables del futuro. Sin embargo es mi creencia que deberíamos crear un discurso filosófico y practico para protegernos de esta amenaza.

Gracias a dios (si es que existe y en el caso que si existiera que concediera deseos) hay un historiador y varios novelistas que ya nos resolvieron el problema. Este historiador se llama John Lewis Gaddis y su libro que nos va a salvar el pellejo un día de estos es “The Landscape of History How Historians Map The Past”. Pero en el caso que no lo hayan leído y se encuentran frente al rector de su universidad intentadle de explicar por que no debería deshacerse de su departamento (o centro de investigación) y despedir a todos sus historiadores; deberá de darle las siguientes razones (claramente explicadas en el libro de Gaddis). Primero viajar en el tiempo no es tan buena idea (como nos lo demuestran los autores Connie Willis´s y Michael Crichton´s en sus libros “Timelines” y “Doomsday Book”) por que cuando uno esta en una situación como la Francia medieval uno esta mucho mas procurado de los problemas del día diario como ser atacados por una serie de caballeros furiosos, convencer a los nativos que no eres un brujo y por lo tanto no te deberían quemar, intentado de evitar contraer la peste, etc…

Estas son las razones practicas pero mas importante son las razones filosóficas de la importancia de un historiador; son que el historiado tiene la habilidad (a diferencia de el que vive en el momento del evento) de hacer varias cosas con el pasado como darle sentido a este, a través de varias herramientas que debe poseer el historiador como son la habilidad de selección eventos darle prioridad a algunas cosas y deshacerse de otras esto solo lo puede hacer alguien que se encuentra en el futuro del pasado. Otra gran habilidad del historiador es el de comparar de estar en varios lugares a la ves y compáralos. También se encuentra la capacidad de crear escalas, es decir hacer zoom quitarle ver el macros y el micos, ver un a una solo persona para entender una nación, etc. Esta entre otras razones se encuentran en el libro de Gaddis que recomiendo amplia mente. Por que uno nunca sabe que se va inventar.

P.S. Para leer a Gaddis visiten http://www.amazon.com/Landscape-History-How-Historians-Past/dp/0195066529

martes, 12 de agosto de 2008

HUMANIZACIÓN DEL ARTE

La pregunta del autor es, ¿qué es arte? e inicia su análisis con un debate en torno a la Monalisa de Leonardo Da Vinci y la subsecuente reproducción a manos de Duchamp, que para algunos pueden ser una falta de respeto y vulgarización[i] de la obra de arte y el arte en si mismo.

En la época Renacentista se vive un proceso de revalorización que llego a niveles de deificar al ser humano y creando escuelas y estilos muy refinados en las artes plásticas se trata de llevar a la máxima perfección éste constructo “humano”, el cual sólo obedecía al paradigma de la época, que era un proceso civilizatorio cortesano promovido desde la corona para diferenciar a ese mundo Renacentista supuestamente humanizador, del mundo Feudal, salvaje y bárbaro. (intento de resignificación de algunas ideas del profesor Alfonso Mendiola)

Si seguimos con la lógica de que en el Renacimiento se lleva a cabo la búsqueda de la perfección humana, podemos entender la valorización llegando a niveles absurdos de mundializar su valor estético, que se le dio en esa época y que de cierta forma se le da hoy en día. Lo que creo que esta perdiendo de vista es que en ésa época más bien se da una deshumanización en el arte, ya que se empieza a idealizar a este constructo “humano” a niveles que nunca pudo llegar y no va llegar a ser.

Hoy en día, si se llega a la institución cultural y se argumenta en contra de aquel proyecto supuestamente “humanizador”, ha aquel valiente se le acusaría de ignorante y hereje del arte, ya que estaría en contra del principal pilar del modelo occidental.

A manera de conclusión se puede decir que hay una humanización del arte en el sentido de que ya no se busca una perfección, sino que hay una manifestación de que el constructo “humano” es escindido, vulnerable y cotidiano. En palabras de Foucault:

“La finitud del hombre se anuncia –y de manera imperiosa- en la positividad del saber; se sabe que el hombre es finito, del mismo modo que se conoce la anatómia del cerebro, el mecanismo de los costos de producción o el sistema de conjugación indoeuropeo; o mejor dicho, en la filigrana de todas estas figuras sólida, positivas y plenas, se percibe la finitud y los límites que imponen, se adivina como en blanco todo lo que hacen imposible […] En todo caso, una cosa es cierta: que el hombre no es el problema más antiguo ni el más constante que se haya planteado el saber humano. Al tomar una cronología relativamente breve y un corte geográfico restringido –la cultura europea a partir del siglo XVI- puede estarse seguro de que el hombre es una invención reciente. El saber no ha rondado durante largo tiempo y oscuramente en torno a él y a sus secretos. ”[1]

Es decir, se empieza a tener una consciencia histórica de que la humanidad es totalmente contingente.

Bibliografía:

Foucault Michel, Las palabras y las cosas, trigesimotercera ed., México, Siglo XXI, 2007, 375 pp.



[1] Michel Foucault, Las palabras y las cosas, passim, pp. 305-375



[i] Entendiendo la palabra vulgarización en su significado más peyorativo.